Por su parte, la mujer, Riyam Hady, ya llevaba 2 años viviendo en Colombia en calidad de refugiada cuando eso sucedió y no se veía con Husam desde hacía 4 años, informó Semana.

Según la revista, el joven había aterrizado en el aeropuerto El Dorado en una escala que tenía como destino final Ecuador, único país que no le exigía visa.

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Pero cuando los agentes de migración colombianos quisieron interrogarlo, Husam no ocultó su nerviosismo y les mostró una carta donde explicaba lo siguiente:

“Yo soy Husam Atta, nacido en Irak. No hablo español, tengo toda mi familia en Bogotá, Colombia. Mi esposa vive en Bogotá, llevamos cuatro años de casados, vine porque necesito reunirme con mi familia de nuevo porque en Irak no hay vida, necesito empezar de nuevo con mi esposa, poder trabajar, tener hijos, un lugar digno en el cual vivir”.

Fue en ese momento cuando las autoridades se dieron cuenta que su estadía en Colombia no se debía a que estaba en una zona de tránsito, sino que este era su destino final.

Al conocer las reales intenciones del hombre, Migración Colombia decidió fijar la deportación de Husam. Sin embargo, Semana afirmó que “luego de varios llamados de personas que conocían el caso, decidieron estudiar la situación de Husam y apelar a la figura de reagrupación familiar”.

Para lo anterior, la mujer tuvo que certificar que en efecto Husam era su esposo. Bajo las reglas de su religión, la pareja se había casado en Irak el 7 de febrero de 2013, informó ese medio.

Ahora quisieron celebrar su amor en el país que los acogió y con las costumbres cristianas. La revista contó que el pasado viernes se casaron en la iglesia Palabra Viva de la localidad de Suba, Bogotá, acompañados, entre otros, por los padres de la novia.

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