Sin embargo, se percató del hurto y se enfrentó a los delincuentes que tenían armas blancas. Esto le contó el ciudadano japonés a Noticias Caracol:

Sucedió hace dos noches, aproximadamente a las 6:50 p.m., llegando a la estación Santa Lucía. Dos individuos empezaron a rebuscarme en mi ropa, me percaté de esto y les reclamé de una manera fuerte, obviamente. Las personas eran seis y me empezaron a golpear. Me hicieron un corte muy profundo a un centímetro del ojo”.

Minoru Ohara dice que saber pelear lo salvó de una golpiza más grave, pues ninguno de los pasajeros del sistema masivo se atrevió a socorrerlo.

“Las artes marciales me sirvieron porque eran seis. El daño hubiera sido mayor si no supiera defenderme”, afirmó.

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El afectado denuncia que hubo falta de solidaridad hasta por parte del conductor del bus porque no esperó a que llegara la Policía para detener a los ladrones, sino que abrió las puertas de inmediato y los delincuentes se fugaron en la estación Santa Lucía.

El japonés contó a ese medio que minutos más tarde llegó la Policía y lo trasladó al hospital El Tunal, donde no lo atendieron.

Además, Minoru Ohara aseguró a Caracol que hasta este viernes en la mañana no le habían recibido la denuncia:

Ese día me enviaron a la URI Molinos para instaurar el denuncio, pero no me lo recibieron sino que tenía que volver el día siguiente porque no había capturados; pero eso no fue mi culpa, eran 6 y no podía capturarlos. Ahora, no hay nombres de los policías y no me han recibido el denuncio”.

El japonés también aprovechó para concluir con un mensaje para los habitantes de Bogotá:

El principal enemigo de la gente bonita de Bogotá es el miedo. Uno no debe sentir miedo, con esto no digo que uno debe estar peleándose con todo el mundo pero tampoco debe aminorarse”.

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