Según Molina, en declaraciones a W Radio, si bien hay que lamentar las 71 víctimas fatales que dejó la tragedia que conmocionó al mundo el pasado 4 de diciembre, la catástrofe pudo haber sido “mucho peor”, pues el avión de Lamia en su primer llamado no notifica ningún tipo de servicio ni requerimiento, y por debajo de él tenía tres aeronaves más. Estuvo demasiado cerca de las otras tres aeronaves”.

“Por eso, yo tuve que actuar de manera inmediata y sacarlos de la trayectoria para ‘limpiarle’ el camino a la aeronave de Lamia”, recordó la controladora. “En la prioridad, él [el piloto de Lamia] me notifica que tiene un problema de combustible, pero no nos dice nada más. Cuando ya está sobre unas mínimas que no debió haber cruzado, pues él nos notifica el problema que está sin combustible y con falla total eléctrica a bordo”.

Las declaraciones de Molina se dan el mismo día en que la Aeronáutica Civil presentará su un informe preliminar del accidente del que también sobrevivieron seis personas.

“Inicialmente, la aeronave de Viva Colombia (en ruta Bogotá-San Andrés), no es normal que se regrese a su alterno, en este caso Rionegro, le notifican a Bogotá que tenían un inconveniente, una alarma de fuga de combustible”, continuó molina en su relato.

“Cuando la aeronave está en mi frecuencia, nuevamente ratifico esa información y les pregunto y decido darle la prioridad, ya que las condiciones meteorológicas no eran buenas”, añade Molina. “Nosotros estamos preparados para ese tipo de situaciones y contingencias, entonces decido darle la prioridad. En ese momento no tenía más tránsito evolucionando en el área y la aeronave procede a hacer su aproximación”.

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