Se estima que son 500 las hectáreas calcinadas donde están comprometidas zonas de Melgar, Carmen de Apicalá, Icononzo y Cunday.

Henry Morales, comandante del cuerpo de bomberos de Carmen de Apicalá, que ha estado al tanto de la emergencia, sostuvo, “cuando se registró la situación, los bomberos de Melgar y Cunday la atendieron, pero al no poder controlarlo se hizo necesario recurrir a los Comités Municipales de Gestión del Riesgo y Gestión del Riesgo Departamental donde se coordinó que el jueves se iniciaba un operativo con Fuerza Aérea”.

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Así pues, con aproximadamente 30 bomberos de los municipios implicados, un helicóptero de la Fuerza Aérea, más el uso de un sistema de ‘Bambi bucket’ se intentó apagar pero no hubo resultados.

Una de las principales problemáticas que obstaculizan controlar la calcinante llama es el acceso a la zona, pues transportar el agua, además del personal a pie por las montañas, toma un estimado de hora y media y con un helicóptero no se dan abasto.

Expansión 

El comandante Morales indicó que: “los bomberos están intentando controlar la llama para que sólo se queme el filo del cerro y no se afecten los cultivos de plátano, cacao y banano de las viviendas que están en la parte baja”.

El humo también empieza a hacer de las suyas, y el aire en los territorios se siente ‘pesado’ por la gran contaminación ambiental que ocasiona el incendió, y lo difícil que resulta dispersarse.

Sin embargo, otra afectación que causa preocupación y por la cual se está a la espera de los resultados del censo que aplique el alcalde de Cunday (al ser el municipio más afectado), en lo que resta de la semana es la amplia posibilidad de que las viviendas cercanas al cerro no tengan agua, ya que las mangueras que llevan el líquido de los nacederos (cerca al cerro) a los hogares deben estar calcinadas.

Lo que dejaría a la comunidad sin el suministro por un largo tiempo, pues recuperar 700 a 800 metros de manguera implica una inversión económica elevada.

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El secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo del Tolima, Andrés Barragán, puntualizó “con el Gobernador hemos estado muy atentos de la eventualidad y estamos trabajando mancomunadamente con los alcaldes y los organismos de control para mitigar el riesgo, lo que no es fácil por el acceso.

Ya son más de 16 kilómetros por los que se ha extendido, por lo tanto también hemos estado en comunicación con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo”.

Con todo lo anterior, la apagada del incendio cada vez se hace más incierta; por ello, el comandante de bomberos Henry Morales finalizó diciendo, “requerimos el apoyo permanente del helicóptero y que llueva, porque de lo contrario esto se puede tomar unos dos días más, mientras llega a las zonas que aún están verdes como para que continúe la llamarada”.

Suministrada / El Nuevo Día
Suministrada / El Nuevo Día

 

¿Qué lo originó?

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Aunque aún es incierto el detonante de este incendio, el comandante del cuerpo de bomberos de Carmen de Apicalá reseñó que hace unos cuatro años se registró uno en la zona por el calor.

“Desafortunadamente en la época de verano fuerte se origina el incendio en las áreas, y ahora que la vegetación tiene entre dos a tres metros de alto, más unos colchones de paja muy gruesos, pudo ser una causante”.

Agregó, “también puede ser que alguna persona lo haya iniciado si quemó sitios para cultivos o quemó basura vegetal”.