Explica que el dictador venezolano lo tilda de “traidor” porque Colombia ha protestado y se ha opuesto a “las crecientes violaciones de los derechos humanos y democráticos en su país”. Y eso lo hace porque “tal vez pensaba que, por habernos ayudado en el proceso de paz, nos íbamos a tapar los ojos y a ser cómplices de sus arbitrariedades”, escribe Santos en una columna publicada este jueves en El País, de España.

En el artículo, titulado ‘Lloramos por ti, Venezuela’, aclara que “el necesario pragmatismo en las relaciones internacionales no da para tanto. A Chávez y al propio Maduro nunca dejaré de agradecerles su aporte a la paz de mi país. Pero nunca podré estar de acuerdo con la supresión de las libertades y la violación de los derechos ciudadanos en Venezuela… o en cualquier lugar del mundo”.

“Los países de la región y de la comunidad internacional que defienden los valores de la paz y la libertad deben seguir presionando, cada vez con más fuerza y con acciones efectivas, por un rápido restablecimiento, ojalá pacífico, de la democracia en esa gran nación que llevamos en nuestros corazones”, insiste el presidente de Colombia. “No puede entronizarse y perpetuarse una dictadura en el centro de América Latina. Sería nefasto para el continente recién declarado el continente de la paz. Mientras tanto, lloramos por ti, Venezuela”.

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Recuerda que su relación con Hugo Chávez se basó en el buen humor y la historia, y que con el mentor del hoy dictador mantuvieron una relación cordial hasta el día de su muerte, a pesar de sus profundas diferencias. “Nos propusimos no criticar nuestros respectivos modelos (el socialismo siglo XXI versus la tercera vía), para dejar que la historia rindiera el veredicto final. Pues bien, los hechos son tozudos: la historia se pronunció”.

Según Santos, Venezuela (“la cuna del Libertador; el país con las mayores reservas petroleras del mundo; una nación libre, rica, con gente maravillosa; el destino durante décadas de millones de migrantes colombianos que huían de la violencia y buscaban una mejor vida”) se desmorona hoy en lo económico, en lo social y en lo político.

Para significar la contundencia del “veredicto” de la historia, Santos hace una comparación entre los dos países: “Mientras Colombia en estos últimos años ha crecido muy por encima del promedio latinoamericano, tiene una inflación por debajo del 4%, es campeona en la región en reducción de la pobreza, en nivel de inversión y en generación de empleo, obtuvo y mantuvo grado de inversión, ha modernizado su infraestructura y ha fortalecido la educación como nunca antes, para solo citar algunos datos relevantes, Venezuela se convirtió en el país más endeudado y con la inflación más alta del mundo, la pobreza supera el 82%, la contracción de la economía es cercana al 40%, la inseguridad se disparó, la muerte de pacientes en los hospitales se multiplicó por 10 y de recién nacidos, por 100. Y, como si fuera poco, hay escasez crónica de divisas, de medicinas y de alimentos. La gente se está adelgazando por física hambre y emigrando en busca de una mejor vida”.

“Maduro ha querido culpar a Colombia por su debacle económica”, agrega el presidente Santos. “Se molestó mucho porque mencioné que le había advertido hace siete años a Chávez de este fracaso. ¿Es que acaso no ha sido un estrepitoso fracaso?”.

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