El periodista Gustavo Rugeles, a su vez, niega que sea Moncada quien financia su medio, ‘El Expediente’, y sin embargo en la página web en la que publicó el ataque a Granados aparece la dirección de la oficina de Moncada Abogados. Agrega que se ha sostenido con el aporte de un periodista colombiano en el exterior, que no quiere que su nombre sea revelado.

Atando todos estos cabos, el columnista de la revista Semana Daniel Coronell no solo da indicios de los financiadores de Rugeles sino retrata el mundo de los abogados (¿o ciertos abogados, los “superabogados’?) descrito por el mismo De la Espriella como “un gremio de malparidos”, y el de ciertos periodistas que se prestan para defender oscuros intereses.

Rugeles publicó los señalamientos a Granados por presuntamente haber embarazado a su hija menor, versión cuyo origen fue un chat dudoso (supuestamente enviado por la menor) recibido por una amiga de la familia. Esta, a pesar de que dice tener una relación de confianza de años con los Granados, decidió no entrar en contacto con ellos sino con el abogado Gustavo Solano, lo que demostraría que dudó o le dio algún grado de credibilidad. Este abogado habría entregado la información y la habría puesto en conocimiento de la Fiscalía, quien evalúa la denuncia.

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“La persona que parece responder a esa descripción (nombre Moncada y cercano a José Obdulio Gaviria) es Juan Carlos Moncada Zapata, abogado y antiguo subalterno del parapolítico Mario Uribe y de William Vélez Mesa, conocido por haber sido el telonero oratorio de Pablo Escobar”, dice Coronell.

De la Espriella negó ser el financiador de Rugeles a pesar de que, como señala Coronell, este reproduce todas sus peleas y de que va a ser defendido por aquel de la denuncia de calumnia agravada que ya anunció Granados.

De la Espriella no quiso “evaluar la ética de la publicación” (de las acusaciones contra Granados) y usó la palabra ‘abominable’ no para describir esa misma publicación sino “los hechos (el abuso sexual de la propia hija de Granados) y espero que no sean ciertos”, marcando la distancia que separa a los 2 abogados, que han sido contradictores y oponentes en procesos.

Coronell recordó que antes de la publicación de este escándalo hubo otro enfrentamiento por una millonada que debía Granados a una amiga de De la Espriella, quien le había decorado un apartamento.

En ese caso, nuevamente, Rugeles fue el que hizo eco del caso, con artículo en el El Espectador, que sirvió de presión para que Granados pagara.

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