En lugar de lujosas suits y exquisita comida, las personas que se sumen a esta aventura deberán dormir en camas duras “como piedras”, con pocos alimentos y bajo un “sofocante calor” en plena selva cera de la frontera con Venezuela, dice el diario.

El rotativo asegura que los guías turísticos son “un poco partidistas”, por lo que antes de vivir esta experiencia, según el medio, es importante leer un libro que de a conocer la historia de la guerra con las Farc, incluso recomienda los de Marc Gonsalves, Tom Howes y Keith Stansell, estadounidenses que fueron secuestrados en 2003 por este grupo.

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De igual manera, el medio resalta que pagar para tomarse unas vacaciones en instalaciones de la Farc es parecido a un “lavado de terror”, y que decir que se usa el dinero de los turistas  para ayudar a rehabilitar a las víctimas es “falso”.

Agrega que es necesario pensar 2 veces antes de vacacionar a estos lugares, pues si bien la experiencia resulta “interesante”, es preferible dirigirse a las librerías antes que al “turismo oscuro” para entender el “derramamiento de sangre”.