Sin embargo, hay que aclarar que tanto el Gobierno como los altos mandos de la guerrilla no han confirmado o desmentido esta versión.

El noticiero reprodujo un testimonio anónimo que narró la llegada a ese municipio de Cundinamarca de más de un centenar de hombres que prestarán seguridad a los jefes de la guerrilla cuando se incorporen a la vida civil.

Dijo que llegaron el martes en la noche en varios buses, con escolta de la Policía, y que de inmediato empezaron a disparar en el polígono (zona de fogueo) interrumpiendo el descanso de los pobladores que viven a un kilómetro del lugar.  

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No obstante, el testimonio del ciudadano sugiere que fueron los instructores los que hicieron fiesta sin precisar si en ella participaron los guerrilleros que arribaron a esta población de Cundinamarca.

El marco legal que regula los acuerdos de paz contempla que la seguridad de los jefes de esa organización es una obligación del Estado, pero aclara que habrá participación de unos 1.200 guerrilleros entrenados por la Unidad Nacional de Protección (UNP).

Los hombres escogidos serán de plena confianza de la guerrilla y no deben tener cuentas pendientes con la justicia colombiana.

Además deben superar “pruebas psicológicas, físicas, psicotécnicas y de confiabilidad”, señaló en febrero de este año el director de esa entidad, Diego Mora, al periódico El Tiempo.

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