Martínez reconoció que aunque es fisioterapeuta, su trabajo actual es de bailarina y que por sus shows cobra 2 o 3 millones.

Los videos que se difundieron en redes sociales el fin de semana, a pesar de que querían descalificarla por reclamar a los policías, confirman su versión de que baila con ropa sugestiva, pero no termina con desnudez total.

Martínez fue detenida el 24 de julio, cuando un número indeterminado de policías (5 o 6, dice ella) atendió el llamado para intervenir en una supuesta riña en una cancha de tejo en la ciudad de Cali.

A pesar de que ella no participaba en la supuesta pelea, fue esposada y detenida por los uniformados y trasladada a una estación de policía. En el trayecto –según su relato-, fue maltratada físicamente; incluso le arrancaron un piercing que tenía en su ombligo.

El artículo continúa abajo

En la estación, los policías la esposaron a una ventana y la incitaron a mostrar sus partes íntimas a cambio de darle una silla para sentarse porque no soportaba el dolor de una lesión de tobillo, según lo narró a la periodista Vicky Dávila en ‘La W’.

Luego de que les hizo ‘el show’ a los policías y presos presentes en la estación; los primeros acercaron el asiento y le quitaron las esposas.

En medio de lágrimas, Martínez les dijo a los policías, en La W: “Yo voy de la mano de Dios y yo quiero que se haga justicia, que los policías (que hicieron eso) salgan a la luz y acepten, reconozcan”.

“No sean así. Reconozcan que ustedes son hijos de una madre, tienen esposas, probablemente, hijas. En algún momento ustedes, no querrán que ellas estuvieran pasando por estas. Solamente ustedes, policías, saben lo que sucedió esa noche, y saben que ustedes me obligaron a hacer esto. No inventen más. No coloquen a más gente a hablar cosas de mí, porque no lo van a lograr. Nadie tiene una foto desnuda de mí. Nadie tiene una foto yo haciendo ‘striptease’…

“Nadie puede decir que he salido con gente por dinero. Nadie puede decir eso. No inventen, no me hagan daño”, dijo Martínez.

Dávila, en repetidas oportunidades durante la entrevista, defendió a Martínez.

“Usted podría ser una trabajadora sexual (no lo es) y eso no cambia en nada lo que ocurrió en la estación de policía, porque usted tiene unos derechos como ciudadana, y la policía tiene unas obligaciones como autoridad”, dijo Dávila.

Si bien puede haber una discusión sobre la forma en que la mujer se desnudó, lo que requeriría investigación (y ella dice que los presos presenciaron todo), es claro que el video fue grabado y publicado por los policías, violando sus derechos.

Y el hecho de que la hubieran esposado a una ventana y no hayan actuado para cubrirla, más aún cuando estaba en estado de ebriedad, habla muy mal de lo que ocurrió en la estación.

Dávila contó que los policías aún siguen activos y trabajando. No ha habido ni siquiera una suspensión provisional mientras se establecen los hechos.

Martínez denunció que ha sido víctima de amenazas y que la han instado a retirar la denuncia que tiene contra los policías.

También denunció que personas extrañas abordaron a su madre, que le cuida la hija de 3 años, para decirle que tratara de quitare la custodia.

Hasta ahora, el único pronunciamiento oficial de la policía, en boca del comandante de Cali, general Hugo Casas Velásquez, solo reconoce como violación de sus derechos la grabación del video.

Pero sin mediar investigación, o presentar los testimonios de otros, como los presos que estaban en ese momento en la estación, el general dijo que Martínez se había quitado por iniciativa propia la ropa.

“Ella decide retirarse sus prendas íntimas y hacer actos obscenos”, dijo Casas.

Además, aseguró que por los hechos (la grabación del video) se estaba investigando solo a 2 uniformados.

LO ÚLTIMO