Una semana después del hecho, que también dejó 25 uniformados y 3 civiles heridos y daños a unas 30 viviendas, esa guerrilla que está en diálogos con el Gobierno reconoció en su cuenta de Twitter ser la autora de la detonación.

En su comunicado, el Eln dice que “cualquier persona, con elemental razonamiento, entenderá que ante esta realidad, el ELN debe responder con su accionar armado contra las fuerzas atacantes para defenderse”.

Al referirse a “esta realidad”, el grupo armado hace alusión a que, según ellos, todos los territorios donde delinquen “están saturados por gigantescos operativos militares, porque la guerra del Estado desatada contra el ELN, sí es de verdad y no retórica”.

Sobre el ataque en inmediaciones de la plaza de toros de Bogotá, el Eln reporta que “un comando guerrillero urbano […] atacó con explosivos a una patrulla policial del ESMAD. Resultados: 26 policías heridos. Nuestra Fuerza se retiró sin novedad”.

No dice nada, sin embargo, del patrullero Garibello, cuya agonía duró varios días, hasta cuando no pudo luchar más con la gravedad de las heridas que recibió por la detonación.

En otro de sus apartes, el comunicado de esa guerrilla sostiene que el Eln reitera al Gobierno la urgencia de un cese bilateral al fuego. Y agrega: “No es coherente de parte del gobierno sentarse a la mesa a hablar de paz mientras dilata el Cese bilateral y somete al padecimiento de la guerra a la población y a las partes que se enfrentan”.

Poco después, el jefe del equipo negociador del Gobierno en los diálogos con el Eln, Juan Camilo Restrepo, se pronunció en su cuenta de Twitter y dijo que mientras haya “más terrorismo repudiable” por parte de esa guerrilla, “más lejanas [están] las posibilidades de llegar a un cese  bilateral de fuegos en Quito”.

Enfatizó en que al cese al fuego bilateral se llegará “cuando se comprenda que a él se llega desescalando la confrontación: no escalándola”, y añade que si el Eln cree que “con actos terroristas como el de la Macarena (cuya autoría ahora reconoce con cinismo) va a presionar un cese al fuego, está muy equivocado”.

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