“El vencedor de estas elecciones es la democracia, la voluntad nacional. El vencedor de estas elecciones es cada uno de los 81 millones de nuestros conciudadanos”, exclamó Erdogan entre los vítores de sus seguidores.

Las autoridades electorales turcas indicaron el lunes de madrugada que Erdogan había conseguido la mayoría absoluta de los votos escrutados, resultando elegido en primera vuelta frente a una oposición feroz y unida, con el líder socialdemócrata Muharrem Ince a la cabeza.

Erdogan se ha erigido como el dirigente turco más poderoso después del fundador de la república, Mustafa Kemal, transformando el país con unos megaproyectos de infraestructuras y reformas en la sociedad, liberando la expresión religiosa, y ha hecho de Ankara un actor diplomático clave.

El artículo continúa abajo

Pero sus detractores acusan al “rais” de llevar a cabo una deriva autocrática, en particular desde la intentona golpista de julio de 2016, que estuvo seguida de una ola de represión sin merced contra opositores y periodistas y que tensó las relaciones entre Ankara y Occidente.

Su victoria en las elecciones de este domingo consolidó todavía más su poder, pues la votación marca el paso del actual sistema parlamentario a un régimen presidencial donde el jefe de Estado concentra la totalidad del poder ejecutivo, como se decidió en un referéndum el año pasado.

Según la agencia de prensa estatal Anadolu, Erdogan habría quedado en cabeza en las presidenciales con el 52,5% de los votos tras haber recontado más del 99% de las papeletas, y la alianza dominada el AKP habría logrado un 53,61% de los votos en las legislativas.