Deiván Gómez es un joven padre de familia que el domingo llegó a Mocoa (Putumayo) en busca de sus dos hijos, pero se encontró con que ellos estaban entre las víctimas mortales de la lamentable tragedia.

El hombre cuenta en Noticias Caracol que cuando se alistaba para sepultar a su hija, de cuatro años, se presentó una confusión a la hora de la entrega: “quedó rotulada, y en un momento hubo una confusión y los niños, que ya estaban registrados, volvieron a quedar como NN. No sé cómo la entregaron, otra familia de pronto la reconoció y se la entregaron. Y era mi hija”.

Gómez agrega al noticiero que lo mismo sucedió con el cuerpo del niño, ya que cuando sepultó al que creía era su hijo le avisaron que había un error.

“El martes reconocimos a un niño en una fotografía. Nos entregaron ese cuerpo, pensamos que era mi hijo. Después de enterrarlo me dijeron que no era mi hijo, las huellas del niño correspondían a otra persona”, dice.

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Pero un pequeño alivio para el dolor de esta familia llegó el martes en la tarde, cuando según cuenta Gómez las autoridades confirmaron que su hijo había aparecido y se lo entregaron. “Ya le pudimos dar cristiana sepultura”, indica.

Así las cosas, el padre espera que los organismos de socoro que están en Mocoa le ayuden a encontrar los restos de su niña.

Y es que según el último reporte de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGRD) al menos 102 niños han muerto por la avalancha, que deja un saldo total de 312 víctimas fatales.

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