El pontífice se dirigió a ellos en el balcón del palacio Cardenalicio en la Plaza de Bolívar, mientras avanza la agenda de su segundo día en el país.

Abrió su intervención diciéndoles que vino al país a aprender de ellos, de su fe y de su fortaleza ante la adversidad.

Les reiteró que no se dejen quitar la alegría, como lo manifestó este miércoles en su llegada a la Nunciatura Apostólica.

En sus palabras, los animó a aprovechar la sensibilidad que tienen para reconocer el sufrimiento de los otros y buscar la paz auténtica y duradera. Además, reconocer las necesidades de quienes han nacido en ambientes difíciles y ayudarlos para construir país.

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“Colombia los necesita para ponerse en los zapatos de las generaciones que no supieron hacerlo ni atinaron el modo adecuado de comprender” cómo encontrar un punto medio para el futuro de Colombia.

“La juventud hace fácil perdonar a quien nos ha herido. Es notable ver cómo ustedes no se dejan enredar con historias viejas cuando los adultos repetimos los acontecimientos. Ustedes nos cuidan a dejar atrás lo que nos ofendió, agregó.

Además, les pidió trabajar por crecer y seguir desarrollándose para darle a los mayores un país mejor.

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