Así lo dio a conocer Álvaro Vegas, director de la Fundación por un solo Pueblo que vela por los derechos de los ciudadanos venezolanos, que aseguró que mujeres embarazadas llegan a la Región Caribe y a otras zonas del país y entregan sus hijos después de dar a luz, informó Blu Radio.

Una mujer, que según la emisora conoció la historia de primera mano, contó que se enteró porque la menor de 15 años fue a pedirle trabajo.

“La bebé viene negociada desde Venezuela por autorización de la madre de la menor, quien llega a Cartagena con seis meses de embarazo. Luego dio a luz en la clínica de maternidad Rafael Calvo y la bebé se la lleva la persona que la había negociado. Después la muchachita pasó a una casa en el barrio San José de los Campanos donde recibió mucho maltrato verbal. Logró escapar y llegó a mi casa pidiendo empleo”, narró la mujer a ese medio.

Luego, dijo, ella denunció ante Bienestar Familiar lo sucedido.

El Universal de Cartagena informó que de acuerdo con el reporte de las autoridades de Infancia y Adolescencia la menor arrepentida decidió reclamar, motivo por el que “la Policía tuvo que acompañar el proceso de devolución del infante”.

La jovencita ya fue deportada a su país de origen.

“Conocimos el caso porque se solicitó el apoyo de la Policía en el Bienestar Familiar para el traslado de la muchacha hasta el Consulado. Cuando fuimos al Bienestar ella tenía a su hija”, explicó a la emisora Eduardo García, de la Policía de Infancia y Adolescencia.

Pero Álvaro Vegas denuncia que la negociación con esta presunta red de traficantes empieza desde la etapa de gestación, y varios meses antes de dar a luz: “Se trasladan a las zonas más deprimidas de los estados venezolanos y le dan comodidades y todo lo que necesitan las embarazadas, las traen a Colombia, les dan un buen dinero por el bebé recién nacido y luego se devuelven a Venezuela”, señaló la frecuencia radial.

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Entre tanto, el director de la fundación advirtió que con las indagaciones hasta ahora no han podido establecer quién está detrás de este delito, pero que las primeras hipótesis apuntan a que la compra la pueden hacer “personas espontáneas que no pueden concebir hijos y esta es una alternativa. Puede ser un detonante de la crisis humanitaria que vive Venezuela, y toman como opción la venta de un ser humano para sacar adelante su familia”.

La denuncia de la fundación también señala que es una situación que se replica en países con crisis económica y que las personas ven en esta práctica, o en vender la virginidad de las jóvenes, una alternativa a sus problemas, “como venía ocurriendo en territorios orientales”.