El texto fue escrito por Lía Fowler y publicado en un página llamada The Daily Signal, de tendencia conservadora y afín al presidente Donald Trump.

Tres días después, el artículo salió en Periodismo sin Fronteras, de marcada tendencia uribista.

Para hacer la afirmación sobre Soros, Fowler hizo una relación entre los proyectos de Open Society Foundations y los de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), ejecutados en Colombia.

Open Society, cabe explicarlo, es una iniciativa creada por Soros para promover proyectos de sociedad abierta en todo el mundo.

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Entre los ejemplos que Fowler cita para hablar de la supuesta relación entre Open Society y Usaid están la Fundación Ideas para la Paz (FIP), Verdad Abierta, el portal de análisis político La Silla Vacía (al que Fowler acusa, de forma errada, de ser de izquierda), la ONG Dejusticia y la Fundación Paz y Reconciliación (Pares).

La FIP, en efecto, reconoce de forma pública que Usaid y Open Society han hecho parte de sus auspiciadores. Sin embargo, en la lista de sus colaboradores aparecen otras 42 organizaciones y entidades, así como varios grupos empresariales como Seguros Bolívar, Carbones del Cerrejón y compañías del Grupo Empresarial Antioqueño.

En ese sentido, no es claro saber cómo Soros puede consolidar su poder en Colombia a través de una fundación que recibe aportes de muchas partes.

En el caso de La Silla Vacía, este portal también reconoce públicamente el apoyo que recibe de Open Society. Juanita León, directora de ese medio, le dijo a Pulzo que, en efecto, también tiene un convenio con Usaid para un proyecto específico: hacer seguimiento de la ejecución de unos dineros en Arauca, Córdoba y Tumaco.

En ese sentido, el dinero de Usaid es recibido directamente por La Silla Vacía y no a través de Open Society.

Verdad Abierta, por su parte, hace parte la Fundación Ideas para la Paz. Las entidades que la apoyan son Open Society, National Endowment for Democracy, la Organización Internacional para las Migraciones, el Centro Nacional de Memoria Histórica, la Fundación Ford, ONU Mujeres y la Agencia de Cooperación Alemana.

Esas organizaciones, sin embargo, no son mencionadas por Fowler en su ‘denuncia’. La periodista solo hace una relación con Soros a partir de un dato: que María Teresa Ronderos, la fundadora de Verdad Abierta, es la directora del programa de periodismo independiente de Open Society, lo cual es cierto.

Pares, por su parte, tiene entre sus aliados a Open Society y Usaid, pero también a la Red Nacional de Programas de Desarrollo y Paz, la Misión de Observación Electoral, la iniciativa Colombia 2020 de El Espectador, Las 2 Orillas, la embajada de Noruega, la embajada del Reino Unido y otras 11 organizaciones y entidades.

Cuestionar la forma en que se invierten los dineros de Usaid es válido (son recursos del erario de Estados Unidos). Lo que resulta poco convincente es que se diga que Soros está consolidando su poder en Colombia a través de los proyectos de Usaid, toda vez que hay otras organizaciones involucradas.

De hecho, varios de los comentarios que Fowler hace en su artículo muestran un evidente sesgo. Por ejemplo, ella asegura que Santos gobierna respondiendo a una junta “compuesta por tres terroristas, tres amigotes de Santos, y unos pocos observadores” y dice que la separación de poderes en Colombia ha sido abolida.

En Twitter, Fowler también hace evidente el sesgo:

Fowler, de otro lado, dice que tres de los cinco encargados de nombrar a los jueces del tribunal de paz son fichas de Soros: Diego García-Sayán, Juan E. Méndez y Álvaro Gil-Robles.

El primero es presidente del consejo asesor del programa para políticas de drogas de las Open Society y, además, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Méndez trabajó por 15 años con Human Rights Watch y fue miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Del último, Fowler asegura que “ha colaborado con las Open Society Foundations en la cuestión de los derechos de los gitanos”. Pero, ¿eso los convierte en fichas de Soros?

En 2010, en efecto, el magnate anunció una donación de 100 millones de dólares para Human Rights Watch, lo que tendría cierta relación con Méndez.

Pero el sesgo no es solo de Fowler. The Daily Signal, de hecho, tiene una especie de pelea con el Washington Post, el Huffington Post y el Wall Street Journal.

El Washington Post (WP), el pasado 10 de marzo, cuestionó que el Signal fuera un medio legítimo para informar, de forma cercana, detalles de la Casa Blanca debido a la afinidad política que tiene con el gobierno de Trump.

El WP se refirió al tema puesto que una información sobre el vicepresidente de Estados Unidos provino justamente de un periodista del Signal, que está asociado al centro de pensamiento conservador Heritage.

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