“Ya no se trata ni de enseñar, ni de aprender, ni de mejorar a la sociedad o al individuo; no se trata tampoco de aportar al repositorio de conocimiento universal y me atrevo a pensar que tampoco se trata de investigar (aunque se use como excusa). Se trata solamente de publicar mucho y de puntuar en ránquines”, lamenta López de Mesa Samudio en su escrito.

Asegura también que los profesores universitarios son “presionados y utilizados como combustible humano por sus facultades”, y que “solo son medidos por el número de publicaciones registradas en los índices de citación a los que sus instituciones quieren acceder”.

De hecho, en marzo pasado, Gina de Silvestri Saade, jefe de la Oficina de Relaciones Laborales de la Dirección de Gestión Humana de la Vicerrectoría de la universidad Javeriana, le contó a la revista Semana, en un artículo que buscaba establecer si ser profesor universitario paga, que los títulos adquiridos no son determinantes para el sueldo de los docentes, pues “lo que más cuenta es la experiencia académica y profesional y las publicaciones académicas”.

El artículo continúa abajo

López de Mesa Samudio, aunque no precisa en qué instituciones ocurre lo que él denuncia, dice que incluso se ha llegado a amenazar con el despido a los docentes si no presentan “tres y hasta cuatro publicaciones indexadas por año”. Ante semejante dinámica, se publica “lo que sea para que lo lean dos o tres y para que luego se archive y caiga en el olvido”.

Y en medio de ese ambiente, como siempre, los estudiantes. López de Mesa Samudio sostiene que los tienen sometidos al “engaño”, porque “financian con unas matrículas cada semestre más desbordadas a un sistema que no los tiene en cuenta, pordebajea sus capacidades y su intelecto y, sobre todo, no es honesto”.

La responsabilidad de esta situación se la echa a “las imposiciones de la OCDE, torpe e irreflexivamente adoptadas por el Ministerio de Educación”. Reprocha a directivos, funcionarios y políticos “profundamente obnubilados por el modelo estadounidense de educación” y que toman como paradigma “el ejemplo de la Universidad de Los Andes (la más “americana” de las universidades colombianas)”.

LO ÚLTIMO