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“Esta es una cafetería como tal y nos toca cerrar el local. Entonces, las ventas se bajan en un 50 o 60 por ciento”, afirmó Diego Torres, administrador de un local de comidas, en entrevista con RCN Radio.

Los disturbios ‘revolucionarios’ también afectan a verdaderos representantes de la clase obrera, como Álvaro Díaz, que tiene un puesto de venta de dulces en la calle: “Nos toca cerrar más temprano y nos toca salir corriendo, y nos afecta mucho. Se bajan las ventas. He perdido entre 40 y 50 mil pesos”, cita la emisora.

Otra perjudicada por las manifestaciones es Yaneth Castañeda, que trabaja en una óptica. Castañeda, consultada por RCN Radio, contó que un día en que estaba muy enferma el gas se filtró, lo que afectó su estado de salud: “Tuvimos que salir de las ópticas porque se llenó acá de humo”.

Ella agregó que cuando deben cerrar el local las pérdidas ascienden a 3 millones de pesos.

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“Yo lo que pienso es que deberían hacer como una petición de cambiar de sitio la universidad, como sacarla a una parte lejana de la ciudad”, añadió Torres a RCN Radio.

En efecto, ya existe un proyecto para un nuevo campus de la Universidad Pedagógica, ubicado en la calle 183 con carrera 54D. Allí funciona la sede de Valmaría, donde se dicta la licenciatura en Educación Física.

Según el centro académico, el plan existe desde 1964, cuando se adquirieron los predios.

Hace 14 años, el arquitecto Rogelio Salmona, muy conocido en Bogotá por obras como las Torres del Parque, la biblioteca Virgilio Barco y el centro cultural Gabriel García Márquez, hizo los diseños del nuevo campus.

El mismo Salmona, en un video publicado por la universidad, alcanzó a exponer los planos del proyecto. El arquitecto murió en octubre de 2007, y ahora, casi 10 años después, el nuevo campus nada que ve la luz.

Actualmente, el sector donde está ubicada la sede de Valmaría es todo menos alejado de la ciudad: está muy del centro comercial Santafé y de una estación de Transmilenio. Unas calles más al norte está la nueva terminal satélite.

Se trata de un punto muy transitado, además, porque allí es donde llegan los buses que conectan a la ciudad con municipios cercanos como Chía. En el lugar suelen formarse trancones debido al alto flujo de carros.

En ese sentido, si se construye en nuevo campus, los disturbios también afectarían una zona muy concurrida, como sucede actualmente con la calle 72, entre la carrera Séptima y la avenida Caracas, cada vez que hay protestas o pedreas.

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