“Alejandro Ordóñez es la encarnación del mal y la corrupción”

Iván Duque es un paracaidista de la vida pública y Marta Lucía Ramírez no es ninguna perita en dulce, dice Ramiro Bejarano en su columna de este domingo en El Espectador.

“Iván Duque —cuyo despegue en las encuestas aún se ve incierto— va mostrando su condición de soberbio. La crítica lo irrita tanto como a su Patrón. Si eso es de candidato, cómo sería de presidente”, resalta Bejarano.

Y en seguida agrega que Ordoñez “no solo fue un pésimo funcionario, sino además indelicado. Utilizó su cargo para perseguir a sus contradictores y para exaltar a un séquito de lambones venidos de la ultraderecha católica y laureanista”.

Sobre la candidata conservadora Marta Lucía Ramírez, Bejarano dirige las siguientes palabras:

“Es la candidata de los lugares comunes que, si bien no convence, tiene la virtud de que no asusta porque primero aburre”.

Petro es el peligro electoral más grande que enfrenta Colombia

Así lo expresa la columnista de El Tiempo María Isabel Rueda al analizar los resultados de las últimas encuestas que dejan al candidato progresista en la cabeza de la intención de voto para las elecciones presidenciales.

La explicación de su repunte en las encuestas, dice Rueda, tiene lógicas contradictorias:

“Sin ir más lejos, esta misma semana, los bogotanos hemos tenido que sufrir las consecuencias de uno de sus peores desatinos. Paro de recolectores de basura del esquema que Petro nos montó, a un elevadísimo grado de improvisación”.

Por otra parte, la columnista destaca lo siguiente:

“La decisión de Ordóñez, que no pudo sostenerse, en la que destituía al alcalde y le quitaba sus derechos políticos, sacó la más exitosa faceta de su personalidad: la genialidad con la que se victimiza”.

Hace rato que la tributaria se la comieron los clientelistas

La afirmación la hace el columnista Mauricio Vargas en El Tiempo de este domingo en donde explica que el país no volverá a los niveles de crecimiento de la década pasada precisamente porque el Gobierno Santos decidió echarle gasolina a la candela que consumía el crecimiento económico.

Pero también a la burocracia y al clientelismo que, según Vargas, desangró lo que por efectos de una mayor tributación quedó en manos de caciques políticos.

“Aparte de la baja en los precios del petróleo, la culpa del desequilibrio en las finanzas públicas la tuvo en gran medida un gobierno caracterizado por el despilfarro en el gasto, que cedió una y otra vez a las presiones de los caciques electorales de la Unidad Nacional para girarles, con destino incierto, en medio de oscuras contrataciones, partidas por cientos de miles de millones de pesos”.

El caso del escolta Muñoz es una intervención que hay que celebrarse

Así lo expone El Espectador en el editorial de este domingo al abordar el caso de Mario Muñoz quien asesinó a un delincuente con su arma de dotación en el norte de Bogotá, en medio de un atraco, en hechos en los que para la justicia se trataría de un acto de legítima defensa.

Pero más que eso, el periódico resalta que lo que hizo Muñoz debe hacer reaccionar  a la sociedad sobre la solidaridad.

“Debemos fomentar una sociedad donde la solidaridad sea tal que no seamos complacientes con el crimen, donde el silencio y voltear la mirada no sean la norma. Por supuesto, no podemos permitir las extralimitaciones, pero sí fortalecer el sentido de comunidad donde un ataque contra un ciudadano se vea como un ataque contra todos”, apuntó el periódico.

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