El discurso enmascarado de Álvaro Uribe sobre la comunidad LGBT

El editorial de El Espectador llama la atención este domingo sobre aspectos no muy claros del discurso del senador en relación a esa comunidad. Dice por ejemplo, que la expresión ‘no heterosexual” es una negación y “aquello que no se nombra no existe. El respeto empieza por utilizar las palabras adecuadas”, señaló ese medio.

Pero lo más importante es que con este juego de expresiones lo que Uribe pretendería es legitimar “la objeción de conciencia”.

“Hablar de “objeción de conciencia” en temas que involucran a parejas del mismo sexo es defender la idea de que alguien puede negarse a cumplir los mandatos de la Corte Constitucional por motivos discriminatorios. Varios proyectos de ley fallidos, pero que siguen entre las intenciones de los líderes políticos que representan grupos religiosos, han intentado crear reglamentaciones que permitirían, por ejemplo, que un notario se niegue a realizar un matrimonio porque considera que los ciudadanos con orientaciones sexuales diversas son antinaturales”.

El equipo de Pékerman deja varias preguntas sin resolver antes del debut en Rusia

Iván Mejía analiza el empate de la selección Colombia con Egipto, al que considera “un rival escuálido en ataque, férreo en defensa, sin juego en el medio y que sólo llegó una vez con peligro en la primera etapa” gracias a un error de la zaga colombiana.

El columnista de El Espectador critica el posicionamiento de Matheus Uribe en la cancha, destaca “la lucidez de James” en el centro de la cancha.

 “Lástima que esté tan solo, porque ni Cuadrado, ni Quintero, ni Izquierdo parecen entenderlo”.

“Como Uribe, Duque y otros facinerosos está plagada la política colombiana”

La columna de Ramiro Bejarano este domingo en El Espectador es una dura respuesta a la manera en que los políticos tienden a acomodarse para no perder privilegios y espacios ganados.

“La delantera la tienen los congresistas de Cambio Radical, quienes en un gesto abyecto ya cayeron arrodillados ante Duque”, señala Bejarano antes de ir por la “trashumancia” del partido de La U, la adherencia liberal a “un grupo violento, autoritario y corrupto” (uribismo). Una dirigencia política sin casta.

“…pues todos coinciden en la falsa creencia de que la única manera de hacer política es estar en el gobierno. Por eso han estado en todos, sin importar los colores e ideologías. No han entendido que para que un político se forme con certeza debe ser capaz de sobrevivir al desierto de la oposición. Es tal la torpeza que no han visto, por ejemplo, que el mismo Petro ha llegado hasta aquí no por haber sido alcalde, sino porque como senador fue un opositor vigoroso de los gobiernos totalitarios de la seguridad democrática”.

¿Cuál es el verdadero Petro? ¿El que prende la constituyente o el que la apaga?

En su columna para el Tiempo de este domingo, la periodista María Isabel Rueda expresa los motivos por los cuales no daría su voto a Gustavo Petro, pues a diferencia de muchos que no les importa, recalca que sus ideales deberían ser de minuciosa observación ante el discurso ‘voltiarepas’ para la segunda vuelta.

“Hace tres meses publicó en un trino: Propongo una constituyente territorializada y pluralista para que haga las reformas que no hizo la Constitución del 91: la del territorio, la salud, la educación, la justicia, la política y el tránsito hacia una economía productiva, ¿ahora está diciendo que él no dijo eso? Que en diez años de carrera política los candidatos den algunos virajes, sobre todo ante el fracaso del socialismo del siglo XXI en Venezuela, hasta se entendería. Pero que esta nueva fachada se haya montado en el breve lapso de una campaña presidencial, a la que entró el candidato Petro hace cinco meses, con constituyente a cuestas y de la cual ahora intenta por todos los medios deshacerse, sí es un fenómeno de inconsistencia y produce mucha intranquilidad.”

En cuanto a la reciente alianza, es tanta la desconfianza por el candidato que el Partido Verde recurrió a su firma para garantizar que no realizará dicha reforma con lo que afirmó: “Es decir, los ‘verdes’ quieren votar por un Petro que no es Gustavo Petro.”

Que Petro y Duque no hable más con los caciques sino con los electores

Porque no es cierto que las maquinarias, de ambos bandos, vengan a nombrar presidente en Colombia, sostiene Mauricio Vargas en EL Tiempo luego de un extensa explicación de por qué, según él, en el país el voto de opinión es más influyente que el voto que pongan los partidos.

“A dos semanas de la segunda vuelta, me dan risa todas las elaboraciones en torno a las alianzas que Duque y Petro; cada uno por su lado, pactan para sumar apoyos. Que los liberales y conservadores con Duque, que los del Polo con Petro, que para dónde va ‘la U’. ¿Acaso no vieron lo que pasó el 27 de mayo? Los votantes de Fajardo, Vargas y De la Calle no van a sumarse como borregos a la opción que ellos les digan, ni si les dicen Duque, ni si les dicen Petro ni si les dicen voto en blanco. La gran mayoría de los electores va a votar por quien quiera. ¿No es eso acaso una maravilla?”