En entrevista con Fernando Londoño, en su programa ‘La hora de la verdad’, de Radio Red, Ordóñez criticó la decisión.

“De manera que defender la familia, el matrimonio o la vida… criticar los acuerdos de La Habana… denunciar que hubo impunidad… denunciar que se habían desconocido los derechos de las víctimas y se había promovido al victimario… hacer propuestas al país desde esta perspectiva, de este ideario conservador… fue considerado por los señores de YouTube como promoción de políticas de odio”, dijo.

El mensaje que aparece en YouTube dice: “Esta cuenta se ha cancelado debido a infracciones graves o reiteradas de la política de YouTube relacionada con el spam, prácticas y contenidos engañosos, o bien otras infracciones de las Condiciones de Servicio”.

Ordóñez atribuyó el cierre de la cuenta a una práctica muy extendida en redes sociales para silenciar contradictores, en especial políticos: las denuncias masivas hechas por grupos de usuarios que, en ocasiones, se ponen de acuerdo.

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“Y como fue una denuncia masiva, esa es causal para cancelar la cuenta”, dijo Ordóñez, y agregó que la decisión está siendo apelada.

Si bien es cierto que Ordóñez tiene posiciones que pueden ser calificadas de mensajes de odio, el riesgo de una estrategia de esta naturaleza para silenciarlo es que le permite presentarse como una víctima de la censura, como de hecho lo hizo en la entrevista, estimulado por su propio interlocutor, Fernando Londoño.

“(Estamos) muy preocupados por esta nueva forma de censura que nace en Colombia contra preceptos constitucionales… Usted está inaugurando una era política, la más detestable que quepa imaginar”, le dijo Londoño.

Tal como era previsible, Ordóñez se presentó como una víctima de la censura, y fue más lejos, denunciando que hay un plan orquestado nacional e internacionalmente.

“Estamos viviendo una época donde la censura es un instrumento eficaz para lograr someternos al silencio y obligarnos a aceptar unas instituciones y unas políticas y conductas abiertamente contrarias al pensamiento de la civilización occidental y cristiana… Es un tema articulado. Lo hemos venido denunciando desde hace años”, agregó.

El caso de Ordóñez es significativo no solo por la libertad de expresión que se puede invocar como argumento contra la decisión de YouTube, sino por la coyuntura electoral que vive el país.

Guardadas las proporciones, por la proyección política del personaje y por el nivel de sus ataques, el caso es comparable al de Donald Trump en Estados Unidos.

El Trump candidato fue denunciado repetidamente por sus mensajes de odio y discriminación contra minorías religiosas, mujeres, contradictores, y Twitter no cerró su cuenta.

Hoy, como presidente de Estados Unidos, manteniendo casi el mismo tono de su campaña, Twitter tampoco lo ha hecho.

El más reciente caso, los trinos de los últimos días contra el líder coreano Kim Jong Un por su programa nuclear.

Aunque las políticas de YouTube y Twitter podrían ser diferentes, esta última red invocó como argumento para no cerrar su cuenta “el interés periodístico de lo que publica”.

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