Y no lo reconocieron debido a que el asesino ya no tiene la cabeza rapada, relata El Espectador.

Sin embargo, cuando se dieron cuenta de quién era en realidad el que estaba en la enfermería, los presos empezaron a lanzar gritos y ofensas, y hasta intentaron pegarle, añade el diario.

Finalmente, los guardias del Inpec evitaron la agresión y lo llevaron a la Unidad de Medidas Especiales. Según El Espectador, Uribe Noguera estaba asustado y dijo lo siguiente:

“Dejemos el tratamiento para mañana”.

Rafael Uribe Noguera paga una condena de 58 años de cárcel por violar y matar a Yuliana Samboní.

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