En la misiva, Uribe le expone al papa “algunas inquietudes que ya le conocemos en Colombia: preocupaciones sobre narcotráfico, sobre el acuerdo de paz, sobre la impunidad, etc.”, comentó en RCN la Radio Yolanda Ruiz.

“Parece un manifiesto político”, comentó, por su parte, Néstor Morales en Blu Radio. “Esta carta no dice nada nuevo, ninguna palabra, ninguna frase que pueda sorprender”.

La carta, publicada por Blu Radio, después de un breve saludo en el que le dice que Colombia está alborozada por la visita y que la ciudadanía está alegre “no obstante tanta adversidad”, Uribe le escribe a Francisco sobre el crecimiento del narcotráfico y su incidencia en el aumento de la drogadicción juvenil y en la destrucción de los recursos ambientales como el bosque primario.

También le menciona el tema de la paz, a la cual, dice, “nunca nos hemos opuesto”, aunque le cuenta al papa que en el país se han convertido en estímulos para el delito la “impunidad total a los responsables de delitos atroces, su elegibilidad política, la autorización legal que han recibido para gastar dineros ilícitos en sus actividades políticas, y otros puntos”.

Le relaciona asimismo al pontífice la “impunidad total concedida a los cabecillas” de las Farc, que diferencia del “tratamiento generoso a los guerrilleros rasos que cumplan con sus compromisos”, con el cual sí está de acuerdo. En este sentido, le menciona a Francisco su malestar por que los integrantes de la Fuerza Pública se sometan a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), que Uribe califica como la “justicia de Farc”.

El artículo continúa abajo

El expresidente le dice al papa que en esa jurisdicción a los miembros de las Fuerzas Armadas se les iguala con los integrantes de las Farc y se les expone “a reconocer delitos no cometidos para evitar ir a la cárcel”. Y vuelve a negar la existencia del conflicto armado en el país al decirle a Francisco: “Colombia ha tenido una democracia afectada por el narcoterrorismo, no una dictadura enfrentada por civiles armados”.

Al listado de problemas, Uribe suma la economía, que, según él, “se ha deteriorado con su inevitable impacto en el tejido social”. Le plantea al papa, entonces, la necesidad de que Colombia tenga “una empresa privada vigorosa de la mano de una política social también vigorosa”, al tiempo que le habla de su preocupación por el deterioro de la confianza de inversión privada y las “incertidumbres” que crea el acuerdo con las Farc.

Sin embargo en otro momento escribe: “Todos queremos la paz, pero la tenemos que construir con legalidad, con determinación para precaver y sancionar la violencia que siembra desesperanza y nos aleja de la palabra de Dios. Su Santidad, las dificultades no nos amilanan, creemos en el futuro de Colombia, en la creatividad de sus ciudadanos y en su entusiasmo que se fortalecerá con su visita”.

En uno de los apartes finales de la carta, Uribe escribe: “Su Santidad, le ruego su bendición para mi familia, allegados y mi persona”.

Hace unos días, Uribe había escrito en su cuenta de Twitter un trino en el que dijo que recibiría al papa con respeto y devoción en los acto litúrgicos, y enfatizo: “Haremos a un lado el tema político”.

Además, en declaraciones este lunes a periodistas en el Congreso, reproducidas por el Centro Democrático, preguntado por si le había pedido audiencia al pontífice si se iba a entrevistar con él, Uribe dijo que no.

“Yo respeto esa visita de su santidad a Colombia. Lo recibiremos nosotros con todo respeto, particularmente con toda devoción. Voy a asistir, dios mediante, con mi familia, a la misa de nutrida concurrencia en el aeropuerto Olaya Herrera [Medellín], y recibir de cerca, como lo va a recibir esa multitud, en medio de esos coterráneos, la bendición de su santidad. Si yo puedo hablarle al santo padre, pues, hombre, ¿qué más le pide un pecador?: ‘¡Su santidad, deme la bendición!’”.

LO ÚLTIMO