Sin duda la euforia de los feligreses puso a prueba a la guardia suiza. Incluso, en un momento la caravana se vio obligada a frenar.

En los videos se ve que controlar a la multitud fue difícil para los guardaespaldas del pontífice y la Policía local.

Sin embargo, cabe resaltar que la gendarmería suiza, a cargo de la seguridad del Vaticano y el papa, es habitual estar en estas aglomeraciones y viven estas mismas situaciones en muchas de las ciudades a las que viajan.

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Debido a que el acceso a los puentes peatonales estaba restringido, las personas se ubicaron en los vehiculares y generaron problemas de movilidad en los puntos por los que iba pasando el papa.

En el mismo trayecto, un periodista trató de conseguir una declaración exclusiva metiendo el micrófono en el papamóvil.

Luego de unos 4 minutos el tránsito se normalizó.

 

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