La mujer se identificó como Deixi Tapia, y en entrevista con BBC Mundo dijo que aunque él era un hombre trabajador y amiguero, siempre le generó desconfianza su comportamiento con niños de entre siete y 12 años de edad, porque los sentaba en su regazo y les daba caramelos mientras les mostraba videos en una computadora.

“Yo sabía que él tenía algo que esconder, ¡yo sabía! Sabrá Dios cuánto desastre habrá hecho”, expresó la mujer cuando se enteró que lo habían capturado por abuso sexual de menores.

La mujer recuerda que las autoridades en Venezuela le sellaron dos veces su local, en Maracaibo, porque no está permitido el ingreso de menores a sitios que tengan internet.

“Me echaba tierra en los ojos (engañaba) y lo volvía a hacer. Se le pegaba mucho a los niños, sobre todo a los varones”, lamentó Tapia.

Además de la expatrona, el diario británico consultó a la mujer que le arrendó una habitación, a varias personas a las que les dijo que él era sastre y a uno de los jóvenes a los que sentó en sus piernas.

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Todos coinciden en que el hombre, al que conocían como ‘Danilo Gutiérrez’, nunca dio muestras de ser un abusador de niños, y mucho menos de enriquecerse por vender material pornográfico, ya que siempre “era muy miserable: no se tomaba un vaso de agua si había que comprarlo”.

Eso sí, recuerdan que ‘Danilo’ le tenía miedo a la policía, y que cada vez que la veía “salía corriendo” y se escondía.

“Estoy incrédulo”, le dijo a BBC Michell Parra, uno de los niños que sentó en sus piernas. “Era como el tío grande de nosotros. Jamás lo vi como un depredador. Era agarra’o (avaro) y pela’o (sin dinero). Era un niño viejo. Su único vicio era la computadora”, agregó.

Pero una mujer que fue pareja y que, incluso, vivió con Sánchez Latorre, le dijo hace tres días al diario local Versión Final que al principio la relación fue muy amorosa, pero que con el paso de los días el hombre se transformó en un ‘Lobo Feroz’.

“Me tomó fotos desnuda. Lo hice porque me amenazó y él las enviaba por Internet (…) Me amarraba para tener relaciones sexuales, me obligaba a estar con él. Tenía fotografías de él desnudo. Yo estaba ciega, muy enamorada”, contó la mujer a ese medio.

Sánchez Latorre fue capturado en Maracaibo en diciembre de 2017, y según datos recopilados por las autoridades el sindicado grababa las agresiones sexuales a menores para después comercializar los vídeos por un valor que oscilaba entre 100 y 400 dólares.

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