La abuela de Sarita, María Acenet Palacios, rompió su silencio y pidió parar los ataques contra su hija, pues asegura que ella fue víctima de un hombre embaucador que al principio le habló de amor mientras la conquistaba, pero que luego desapareció al ver que le estaba creciendo la barriguita, confesó al diario Extra La Dorada.

Sarita “era hija de un hombre casado el cual nunca quiso responder por ella, y quien le habría prometido a Ruth el cielo y la tierra, para terminar dejándola abandonada con una barriga más”, manifestó la mujer. Desde ahí, le perdieron el rastro al hombre.

Acenet Palacios confesó a ese medio que esta situación la tiene destrozada debido a los constantes ataques que ha recibido su familia, y que ya no aguanta más porque a sus años sufre “de diabetes, la cual con todo lo que está sucediendo me quiere matar, pero yo dejo todo en manos de Dios, es el único que sabe la verdad”.

La hermana de Ruth, Sulima Salazar, también habló con Extra La Dorada y dijo que la madre de Sarita “no es un monstruo, no es tanto como se dice de ella, es un ser humano a quien los hombres la han usado, maltratado y abandonado, una mujer que si bien no ha sido la gran madre, la mujer ejemplar, no quiso nunca que su hija fuera denigrada y asesinada”.

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El testimonio de estas dos mujeres se conoce en medio del proceso de judicialización contra los padrinos que estaban a cargo de la niña, Johana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres, y que fueron enviados a prisión este viernes luego de que la Fiscalía le imputara a ella los delitos de homicidio agravado, tortura agravada en calidad de coautora material por acción, y acceso carnal violento agravado como posible autora (bajo la figura de posición de garante), mientras que a Rojas Torres le formuló cargos por tortura agravada a título de coautor pasivo (bajo la figura de posición de garante).

La Fiscalía dice en un comunicado que pudo establecer en la investigación que los padrinos “habrían ejercido actos de violencia física y sexual de manera reiterada contra la menor”.

Además, se investiga si un menor de edad del entorno familiar de la niña estaría involucrado en el abuso sexual a Sara Ayolina Salazar, de tres años.

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