En particular, uno de los sensores registró una tasa de radioactividad de 1,78 microsieverts/hora, en tanto el límite reglamentario en Rusia es de 0,6, y la radiactividad natural media en Severodvinsk es de 0,11, señaló la agencia rusa de meteorología.

Luego, precisaron que estos niveles de radiactividad se redujeron rápidamente y por la tarde volvieron a la normalidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, considera que el riesgo de cáncer puede aumentar a partir de 50.000 microsieverts (unidades de radiación) recibidos y el Instituto de radioprotección y seguridad nuclear (IRSN) francés recomienda a las poblaciones refugiarse a partir de 10.000 microsieverts.

Vladimir Putin

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La ciudad de Severodvinsk está ubicada a unos 30 km de la base de Nionoska, donde ocurrió la explosión.

Cinco empleados de la agencia nuclear rusa Rosatom murieron a causa de esta explosión. Según ésta, se encontraban trabajando en pruebas de “nuevas armas”, brindando asistencia de ingeniería y técnica sobre la “fuente de energía nuclear” de un motor-cohete para misiles, que estaban desarrollando.

Según expertos estadounidenses, el accidente probablemente esté vinculado a las pruebas de un misil de crucero, que Rusia busca desarrollar, el 9M730 “Burevestnik”.

En un tuit, el presidente Donald Trump afirmó el lunes que se informó mucho “sobre la explosión de un misil defectuoso ruso”, añadiendo que Estados Unidos cuenta con “una tecnología similar, pero más avanzada”.

Este martes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se negó a confirmar que se tratase del “Burevestnik”, pero sostuvo que el nivel ruso en cuanto a misiles con motores nucleares “excede significativamente el alcanzado por otros países y es bastante excepcional”.