Serhiy Mysehkov, que trabaja limpiado las calles de la capital británica, es el hombre que estaba a pocos metros del lugar en el que cayó el enorme bloque y que, de haberle caído encima, le habría causado una muerte segura. Por eso, se siente afortunado de estar vivo, informa Independent.

El hombre describió el instante a Richmond and Twickenham Times:

“Yo estaba barriendo al otro lado de la calle cuando escuché un fuerte golpe. Un pedazo de hielo, tal vez de 10 kilogramos, cayó de un avión o del cielo. Todo pasó muy rápido”.

El hecho, aunque por fortuna no dejó víctimas ni daños materiales que lamentar, llevó a que se les pida a las autoridades aeronáuticas británicas que abran una investigación, ya que no es la primera vez que caen cosas posiblemente de aviones, que pasan por ese sector cuando van de camino al aeropuerto de Heathrow.

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Ya en el pasado, orina congelada y hasta cuerpos de polizones (gente que se cuela en barcos y hasta aviones para viajar sin pagar, habitualmente migrantes) han caído de aviones. Sin embargo, la Autoridad Civil de Aviación del Reino Unido asegura que cada año le llegan al menos 30 reportes de caídas de bloques de hielo, pero que no han logrado establecer cuántos de ellos caen de aviones, agrega The Telegraph.

La misma Autoridad asegura que a pesar de que es probable que, en efecto, el pedazo de hielo haya caído de un avión, también es posible que haya sido resultado de un “fenómeno meteorológico”.

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