Así lo describe Gert Rebergen, portavoz de la asociación Laatste Wil (Última voluntad, en francés), citado por la televisión pública holandesa NOS.

Sin revelar el nombre del producto, Rebergen aseguró que ya está disponible legalmente en Holanda por un precio inferior a los 10 eurosunos 34 mil pesos colombianos.

En la página web de la organización Rebergen aclara que no es una medicina sino un conservante y que es muy fácil de ordenar.

Agrega que su papel es orientar a los miembros sobre cómo llegar a la sustancia, a través de mayoristas y direcciones en Internet.

Para Laatste Wil, que llevaba mucho tiempo buscando un medicamento para facilitar el suicidio, ese hallazgo es un “avance” en el acompañamiento de cualquier persona que desea morir dignamente, cuando así lo decida.

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La asociación, que cuenta con unos 3 mil 500 miembros, declara en su página web que acoge a las personas que abogan por el concepto de suicidio asistido y autoeutanasia sin la intervención de médicos.

Según varios abogados, la asociación se acerca peligrosamente a la ilegalidad.

Holanda y Bélgica fueron los primeros países en legalizar el suicidio asistido en 2002, pero bajo estrictas condiciones.

Un cuerpo médico debe, por ejemplo, certificar que el paciente eutanasiado padece un sufrimiento insoportable sin posibilidad de cura.

El Gobierno propuso el año pasado un controvertido proyecto de ley para autorizar la ayuda al suicidio para los ancianos que tengan el sentimiento de haber llegado al término de su vida aunque no estén enfermos.

Ese proyecto de ley es uno de los obstáculos en las negociaciones para formar un gobierno en Holanda.

AFP

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