La silla hace parte de un experimento que se ha movido en redes sociales bajo el numeral #NoEsDeHombres, que busca crear conciencia sobre la violencia sexual de la que son víctimas las mujeres. En el vidrio del metro se indica que el asiento solo debe ser usado por hombres.

La forma de la silla hace que las personas que la usen sientan como si un pene ajeno hiciera presión contra el trasero, tal y como les sucede a diario a muchas mujeres en el transporte público. El objetivo era evidenciar la incomodidad que sufren ellas por ese tipo de agresiones, informa Sin Embargo.

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En los pies del lugar se revela el objetivo de la protesta: “Es molesto viajar aquí, pero no se compara con la violencia sexual que sufren las mujeres en sus traslados cotidianos”, indica El Universal.

La iniciativa, en efecto, les causó molestia a muchas personas. Una mujer hizo mala cara cuando miró  el ‘pene’ de la silla, y un hombres trató de sentarse luego de poner una chaqueta a modo de barrera entre la silla (y, por ende, el pene) y él.

Este es el video del experimento que, parece, les dejó el mensaje claro a los hombres:

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