Al encontrarse, en el Palacio Real, no pasó desapercibido el saludo de Trump: le dio un apretón de manos y movió levemente la cabeza, como lo haría con cualquier homólogo del mundo, eso a pesar de que la tradición en Japón indica que la venia es un símbolo muy importante de respeto, informa Independent.
Business Insider recuerda que, desde que se tiene registro, tanto presidentes republicanos como demócratas se han inclinado ante el emperador. Lo hicieron el republicano George Bush padre en 1989 y el demócrata Bill Clinton (a su manera) en 1994, a pesar de que en Estados Unidos las críticas les llueven a los mandatarios que hacen la venia por, supuestamente, mostrar menos poder.
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Pero ahí no llegó el asunto: hubo quienes recordaron que, cuando el expresidente Barack Obama visitó al monarca, se inclinó ante él, como indica la tradición. Y no fue cualquier venia: lo habitual en Japón es que se haga una inclinación nada más. Obama, además de eso, le dio la mano al emperador, ya que es un gesto más común en el país, al ser la tercera potencia del mundo.
Este es el momento en el que Obama se inclinó ante Akihito:

En ese momento, Trump fue de los que criticó a Obama por inclinarse. También atacó al expresidente cuando hizo un gesto similar en Arabia Saudita, de manera que el actual mandatario parece ser coherente con lo que piensa. Sin embargo, la coherencia no se dejó ver cuando, en mayo pasado, visitó Arabia Saudita. Allí, al igual que Obama en su momento, Trump se inclinó ante el rey, como informó The Washington Post.
Estados Unidos critica a Petro en la ONU y evalúa si continúa apoyo a Colombia en el Acuerdo de Paz
Estados Unidos lanzó fuertes críticas al presidente Gustavo Petro durante la más reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se presentó el informe trimestral sobre la paz en Colombia. El representante estadounidense, Mike Waltz, acusó al Gobierno de usar “retórica incendiaria” y de impulsar políticas que, según Washington, socavan los avances hacia una paz duradera. Además, cuestionó la ampliación del mandato de la Misión de Verificación, señalando que se ha desviado de su objetivo inicial —la desmovilización de las Farc— para centrarse en lo que calificó como “prioridades políticas excesivas”, como la JEP y el apoyo a minorías étnicas.