En una de las páginas, publicada por Clarín, la joven escribió, supuestamente, lo siguiente (transcripción literal) sobre Fernando:

“Hoy me doy cuenta que una vez que satisfacía su sentimiento de posesión hacia mí, recién se tranquilizaba, porque me trataba igualmente que a un objeto. Las veces que traté de impedir que este comportamiento se repitiera le daban ataques de ira, se convertía en una persona totalmente diferente que no paraba de gritar, insultar, golpearme y golpear cosas agresivamente (destacando también su celular el cual quebró la pantalla) él me culpaba de que se pusiera en ese estado, pero yo también noté que se encontraba de la misma forma cuando perdía jugando a la play station, lo que generaba quejas de su hermana cuando ella se encontraba en su casa. Mis propias amigas no lo querían por agresividad que me dirigía, su obsesión, celos enfermos y maltratos”.

La otra página, también publicada por Clarín, dice:

“Empezamos a tener encuentros casuales los fines de semana cuando nos retirábamos de algún boliche, lo que generaba el enojo de Fernando era su imaginación ya que pensaba que lo que obtenía de nuestros encuentros también sucedían con sus amigos, quienes inventaban cosas sobre mí y provocaban que Fernando y yo nos peleáramos, además de recibir insultos y malos tratos de su parte”.

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“Yo debía bloquearlo reiteradamente porque se pasaba horas agrediéndome verbalmente, gritándome y desvalorizándome, pero en consecuencia de ver desinterés de mi parte acudía a llamados telefónicos, que no paraban en todo el día hasta que lograra que yo lo escuche, y si no se aparecía en mi casa con la excusa de que teníamos que hablar, y justificaba su violencia hacia mí diciendo que yo lo había hecho enojar y que enojado habla sin pensar, pidiéndome perdón y jurando que lo volvería a hacer nunca más. Su manipulación, violencia psicológica y física durante tanto tiempo me llevó a cambiar mi forma de ser, a convertirme en una persona insegura, reservada y más callada, lo que mis amigos notaban con el paso de los días, y con quienes dejé de verme porque Fernando no quería y se molestaba”.

Zonzini le dijo a Clarín que el diario fue encontrado por las amigas de Nahir: “Hay cosas muy fuertes en relación a las acciones de violencia de género que dicen que jamás serán publicadas”.

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