Las razones son, de sobra, comprensibles: el despido de un alto funcionario, como lo era James Comey, exdirector del FBI y, consecuentemente los reportes de que Trump le habría pedido que terminara la investigación contra el exjefe de seguridad nacional Michael Flynn. Además, el anuncio del Departamento de Justicia de la creación de un consejo especial que investigue la presunta relación del presidente de Estados Unidos con el gobierno de Rusia.

Ese panorama habría hecho que las dudas en los republicanos del congreso crezcan, al punto de sentirse de alguna forma decepcionados con el líder del partido y, según Time, llegando a declarar en privado que temen que otras polémicas de igual o mayor calibre sean reveladas en el futuro.

El senador demócrata por el estado de Illinois Dick Durbin, dijo en una entrevista:

Ellos están inquietos por lo que él (Trump) está haciendo”.

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Pero no se trata solo de una opinión de los demócratas. El senador republicano por Tennessee Bob Corker aseguró esta semana que la Casa Blanca está en un “espiral”, mientras que John McCain, también republicano, afirmó que las últimas revelaciones estaban alcanzando una dimensión similar a la del escándalo de Watergate, que terminó con la renuncia del entonces presidente Richard Nixon en 1974. Además, hay otros republicanos que ya discuten abiertamente la posibilidad de emprender un proceso de destitución (‘impeachment’) contra Trump, y otros murmuran sobre la viabilidad de su mandato.

De hecho, el republicano Carlos Curbelo comparó las supuestas presiones que Trump ejerció sobre Comey con las obstrucciones a la justicia de Nixon y de Bill Clinton en sus respectivas épocas, indica Independent. El representante afirmó:

La obstrucción de la justicia en el caso de Nixon y en el caso de Clinton a finales de los 90, han sido consideradas como una ofensa impugnable”.

Por otro lado, el congresista republicano Justin Amash aseguró en una entrevista con The Hill que, en caso de que se demuestre la mencionada presión de Trump hacia Comey, esa acción ameritaría un ‘impeachment’.

Además, otros legisladores republicanos, tanto en la Cámara como en el Senado, han pedido que Comey testifique sobre la polémica y también le solicitan al FBI que entregue todos los memorandos de las conversaciones que el exdirector de esa entidad sostuvo con el presidente. Sin embargo, en la cúpula del partido aún hay quienes no solicitan de frente una investigación sobre las relaciones de Trump con Rusia.

Así pues, todo parece indicar que el panorama se empieza a oscurecer para el presidente estadounidense. ¿Caerá?

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