“Está claro ahora, sin embargo, que las creencias y el enfoque hacia el liderazgo que han guiado mi carrera son inconsistentes con lo que vi y experimenté en Uber, y ya no puedo seguir como presidente del negocio de viajes compartidos”, dijo Jones en un comunicado a Recode.

La salida del número dos de la compañía ocurre después de una serie de dificultades para Uber en cuanto a las revelaciones sobre una cultura sexista y el uso encubierto de un software para que sus vehículos evitaran los controles policiales.

De hecho, Trevor Kalanick, el número uno de la compañía con sede en San Francisco (California) fue señalado por los usuarios de la App, de desconocer las denuncias sobre acoso sexual y no intervenir eficazmente para subsanar este grave problema.

Pero la estabilidad corporativa de Uber sigue intacta gracias a que la junta directiva del gigante de transporte de pasajeros está haciendo ajustes importantes, aunque dolorosos. Entre ellos, la renuncia de Jones que, si bien no aporta una solución concreta a la crisis, ayuda a bajar el volumen de las críticas en su contra.

La estrategia de marketing de la compañía también será ajustada para afrontar la tormenta mediática y alejar el fantasma de un problema más grande. Uber salió en la búsqueda de un nuevo jefe de operaciones que ayude a hacer un mejor trabajo, indicó ese medio.

En días pasados fue despedido el jefe de ingenieros de Uber tras desatarse el escándalo por acoso sexual de un conductor a través de la aplicación móvil.

Con información de la agencia AFP.

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