Becky y Robert Reeves culpan a un medicamento conocido como Roaccutane (Roacután), unas poderosas pastillas para contrarrestar las imperfecciones en la piel, pero que han sido relacionadas con al menos 20 suicidios en los últimos dos años en Inglaterra, informa The Sun.

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Los Reeves creen que su hijo sufrió los efectos secundarios del medicamento, a pesar de que lo había consumido varios años antes de decidir quitarse la vida. Consideran que las pastillas le causaron daños emocionales irreversibles que desencadenaron en su muerte.

Luke amaba la vida, estaba dispuesto para cualquier cosa. Era popular”, dijo la mujer.

Además, agregó que él era inteligente y obtenía buenas calificaciones, pero que después del uso del Roacután ya no se podía concentrar, se volvió obsesivo y compulsivo, no soportaba altas temperaturas y tuvo que ir al médico, ya que la fuerte sed que lo aquejaba los llevó a pensar que podía padecer diabetes, agrega Metro.

Luke tuvo dos intentos de suicidio antes de provocarse la muerte: uno en el verano del año pasado y otro en octubre. Por el último, estuvo 9 días internado en la unidad de cuidados intensivos y luego tuvo que ser trasladado a una unidad de salud mental. Finalmente, falleció el mes pasado.

El Roacután ha sido sometido a varias revisiones, pero médicamente no se ha encontrado que tenga relación con los suicidios, a pesar de que en sus contraindicaciones aparece la depresión y los cambios de ánimo. Por eso, los padres de Luke advierten sobre el posible vínculo de las pastillas con la depresión a largo plazo.

Ellos (lo médicos) no lo relacionan. Solo cuando estas historias se vuelven muy frecuentes, se hace evidente”, dijo el padre del joven.

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