Ese día, un mensajero de la empresa UPS escuchó, en su camino, lo que pensó que eran los gritos de una mujer. El hombre llamó primero a su esposa que, a su vez, llamó a la policía. El agente llegó a la casa donde se reportaron los gritos, donde el mensajero todavía esperaba.

El policía, que era el sheriff adjunto del condado de Clackamas, entró a la vivienda y se encontró con un loro amarillo y verde llamado Diego que, de hecho, estaba muy bien. En el lugar no había ninguna persona, informa Time.

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La anécdota puede parecer muy exótica, pero en realidad ya ha habido casos de este tipo. En Alemania, por ejemplo, la policía atendió a un supuesto niño que se quejaba, pero encontró a un loro, igual a como pasó en New Jersey, años antes, cuando se pensó que las palabras de otro ejemplar de esa especie eran las de un niño o una mujer en problemas, recoge Newsweek.

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