Los enfrentamientos tuvieron lugar cuando grupos de la derecha radical, entre los que figuraba el Ku Klux Klan y neonazis, pretendían realizar una manifestación en contra del proyecto de Charlottesville de retirar de un espacio municipal la estatua del general confederado Robert E. Lee, que luchó a favor de la esclavitud durante la Guerra Civil estadounidense.


En medio de nubes de gas lacrimógeno, manifestantes de la derecha radical y contra-manifestantes se fueron a los golpes.
En ese clima de alta tensión, el temor de que se produjeran hechos más graves incrementó, porque los protestantes portaban armas a la vista, lo que está permitido por la ley en el estado de Virginia.
También te puede interesar
Más adelante, testigos relataron que un automóvil embistió a la multitud, hiriendo a varias personas.



“Tengo el corazón destrozado por que se haya perdido una vida aquí”, señaló el alcalde Mike Signer en Twitter. “Exhorto a toda la gente de buena voluntad a que se vaya a casa” y se aleje de las manifestaciones.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, repudió los disturbios.
“Condenamos en los términos más firmes posibles esta exhibición atroz de odio, fanatismo y violencia”, dijo el mandatario a la prensa desde Bedminster, Nueva Jersey, donde está de vacaciones.
Ante los incidentes, la policía antimotines decidió prohibir la manifestación y procedió a la evacuación del parque donde iba llevarse a cabo. Igualmente, realizaron un número no precisado de detenciones en el operativo.
De la misma manera, los enfrentamientos provocaron que el gobernador local, Terry McAuliffe, declarara el estado de emergencia.
Con información de AFP y EFE.
LO ÚLTIMO