Las víctimas del pastor Jaerock “eran incapaces de oponer resistencia, pues estaban sometidas a la autoridad religiosa absoluta del acusado”, subrayó el juez Chung Moon-sung ante el tribunal del distrito central de Seúl.

La devoción religiosa puede ser muy fuerte en Corea del Sur, donde el 44% de los habitantes se declaran creyentes.

La mayoría de los fieles del país pertenecen a iglesias reconocidas, a menudo ricas y poderosas, frecuentadas por decenas de miles de fieles que no dudan en donar hasta el 10% de sus ingresos.

Pero también hay muchas iglesias marginales, algunas de las cuales estuvieron implicadas en casos de malversación, coacción, “lavado de cerebro”, manipulación de fieles y otras actividades asociadas a prácticas sectarias.

Lee Jaerock fundó la iglesia de Manmin, de inspiración protestante, en Guro, un barrio pobre de Seúl, en 1982. Empezó con 12 fieles pero en la actualidad su iglesia afirma tener 130.000.

Cuenta con una gran sede, un lujoso auditorio y su página web destaca el gran número de milagros que en ella se han obrado.

El artículo continúa abajo

A raíz de las revelaciones del movimiento #MeToo, que llegó también a Corea del Sur, tres fieles denunciaron este año al líder religioso, que las convocó en su casa y las forzó a tener relaciones sexuales.

“No fui capaz de resistirme. Él era más que un rey. Era Dios“, contó una víctima, miembro de la iglesia desde su infancia, en la televisión surcoreana.

El pastor le dijo a otra víctima que ella estaba en el paraíso y que debía desnudarse como Adán y Eva en el jardín del Edén. “Lloré porque odiaba hacer eso”.

“En sus sermones, el acusado sugirió directa o indirectamente que era el espíritu santo“, subrayó el juez. Y las víctimas pensaban “que era un ser divino con poderes divinos”, añadió.

Lee Jaerock, que rechaza las acusaciones, escuchó el veredicto con los ojos cerrados y no mostró ninguna emoción frente al centenar de fieles suyos que asistieron a la audiencia.

Su abogado acusó a las denunciantes de mentir para vengarse por haber sido excomulgadas tras haber violado las reglas de la iglesia.

“La iglesia central de Manmin se centra en la adoración del pastor Lee Jaerock“, afirmó Kim Yu-sun, fiel de la misma durante 20 años. “Ahora que acudo a una iglesia diferente, venero a Jesús y rezo a Dios”, aseguró.