La Cámara de los Comunes, con mayoría conservadora, suprimió por la tarde las dos únicas enmiendas de la ley, que exigían al Gobierno asegurar los derechos de los ciudadanos comunitarios y permitir al Parlamento votar sobre el futuro acuerdo de salida de la UE.

En una sesión que se alargó hasta la noche, la Cámara de los Lores accedió a aprobar el texto sin esos anexos, que introdujeron días atrás, para no entorpecer la tramitación de una ley que entró en el Parlamento el 26 de enero y se ha tratado con carácter de urgencia.

La reina Isabel II rubricará previsiblemente en las próximas horas un texto que da al Ejecutivo el poder constitucional para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, el mecanismo que inicia el proceso salida del bloque europeo.

Ese paso abrirá un periodo de dos años en el que Londres y Bruselas negociarán cómo deshacer más de cuatro décadas de integración -el Reino Unido accedió en 1973 a la Comunidad Económica Europea (CEE), el grupo que precedió a la UE-.

Un portavoz de Downing Street, despacho oficial de la primera ministra, dijo hoy que el inicio del ‘Brexit’ no se producirá hasta final de mes, a pesar de que en los últimos días se había especulado con que May enviaría la notificación oficial a las instituciones comunitarias mañana mismo.

Esa misma fuente aseguró que el anuncio de que la primera ministra de Escocia, la nacionalista Nicola Sturgeon, planea un nuevo referéndum sobre la independencia de la región no ha afectado al calendario de May para iniciar la desconexión.

La primera ministra ha insistido en las últimas semanas en que tiene intención de garantizar los derechos adquiridos por los europeos en el Reino Unido y dar voz al Parlamento, pero cree que comprometerse a hacerlo por ley le impediría jugar esas cartas durante las futuras negociaciones con la UE.

May espera lograr medidas recíprocas para los británicos que viven en el resto del continente, además de forjar las bases de un acuerdo comercial con los 27 socios comunitarios restantes.

“No vamos a entrar en las negociaciones con las manos atadas”, recalcó durante el debate el ministro para el ‘Brexit’, David Davis, que aseguró sin embargo que “eso no significa que no se tengan en cuenta las preocupaciones que subyacen tras esas enmiendas”.

El laborista Hilary Benn criticó que el Gobierno interprete el escrutinio del Parlamento como “cuerdas” que pueden atar sus manos.

Argumentó, además, que el Ejecutivo “ha sido tan claro al afirmar que espera garantizar el estatus y los derechos” de los europeos que difícilmente podrá “ponerlo en juego” en las negociaciones.

Durante el debate, decenas de personas se manifestaron frente al palacio de Westminster, sede de las dos cámaras británicas, a favor de que se mantenga el actual estatus de los europeos en el Reino Unido.

Sobre la futura mesa de negociaciones estará su derecho a residir en el país y su acceso a servicios públicos como la sanidad y la educación, entre otras cuestiones.

May ha avanzado que tiene intención de abandonar el mercado único europeo, el club que permite intercambiar bienes y servicios sin aranceles pero que exige la libre circulación de ciudadanos, lo que choca con el objetivo de Londres de “recuperar el control” de sus fronteras.

A pesar de que el Gobierno considera “improbable” que el plazo de dos años se agote sin haber alcanzado un acuerdo, el ministro del ‘Brexit’ ha advertido de que se están elaborando planes de contingencia para ese escenario.

Con EFE

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