Como lo ha hecho en Bogotá y Villavicencio, el papa Francisco ha recibido con complacencia y con la risa tierna que lo caracteriza los regalos que le hicieron a su llegada a Medellín.

Esta vez el turno fue para el sombrero aguadeño, el poncho y el carriel. Francisco, como siempre, no se negó y de inmediato se puso el atuendo de los antioqueños.

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Aunque duró pocos minutos con la ‘pinta paisa’, sin duda este es otro de los momentos que más recordarán los colombianos de la visita del sumo pontífice.

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