La crisis política en el golfo implica el cierre del espacio aéreo y los puertos marítimos, así como la expulsión del Estado de Catar de la coalición militar árabe que interviene en el conflicto en Yemen.

Catar rechazó la decisión “injustificada” y “sin fundamento” y denunció que su objetivo es “poner al Estado [de Catar] bajo tutela”, algo “totalmente inaceptable”, según un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores catarí.

La agencia estatal de Riad SPA informó que Arabia cortó los vínculos diplomáticos y consulares con su vecino “para proteger la seguridad nacional de los peligros del terrorismo y el extremismo”.

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Esta medida “decisiva” se debe a las “graves violaciones que cometieron las autoridades de Catar en los últimos años”, agregó.

Tres compañías emiratíes (Etihad, Emirates y Flydubai) y una saudita (Saudia) anunciaron este lunes la suspensión de sus vuelos con destino y origen en Catar tras el anuncio del cierre de conexiones áreas y fronteras terrestres y marítimas de los tres países vecinos de Catar. En respuesta, la catarí Qatar Airways también anunció la suspensión de todos sus vuelos hacia Arabia Saudí.

Desde Australia, donde se encontraba de visita oficial, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Rex Tillerson, llamó inmediatamente a los países del Golfo a permanecer unidos y superar sus diferencias.

“Alentamos a las partes a que se sienten y traten estas divergencias”, afirmó el secretario de Estado norteamericano en Sídney. “Creemos que es importante que el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) permanezca unido”, agregó.

Crisis mayor

Esta es la crisis más grave desde la creación en 1981 del CCG, formado por Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Catar.

En pocas horas, cuatro de esos países anunciaron el lunes la ruptura de lazos diplomáticos con el gobierno de Doha.

Así, la agencia de noticias de Baréin dijo que el pequeño reino iba a cortar los vínculos con Catar por sus reiteradas amenazas “a la seguridad y la estabilidad de Baréin y por intromisiones en sus asuntos”.

También el ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto informó que El Cairo decidió “poner fin a sus relaciones diplomáticas con el Estado de Catar”, argumentando que Doha apoya el “terrorismo”.

Catar era uno de los principales apoyos del expresidente islamista egipcio Mohamed Mursi, derrocado en 2013 por el exjefe de las fuerzas armadas y actual presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi. Desde entonces ambos países tienen vínculos muy tensos.

El comunicado egipcio mencionaba “el fracaso de todas las tentativas para disuadir (a Catar) de apoyar a organizaciones terroristas”.

Algunos expertos temen que la situación actual se parezca a la crisis de 2014, que implicó la llamada de varios embajadores de países del Golfo destacados en Doha, en especial por acusaciones de que el país apoyaba a los Hermanos Musulmanes.

La semana pasada el emir de Catar viajó a Kuwait para reunirse con el emir jeque Sabah al Ahmad al Sabah, lo que fue considerado como un intento de obtener una mediación.

Expulsado de la coalición militar

Catar también fue expulsado de la coalición encabezada por Arabia Saudita que interviene hace más de dos años en el conflicto en Yemen en apoyo al gobierno de Abd Rabo Mansur Hadi, en su lucha contra los rebeldes hutíes, un grupo de milicias chiitas.

El conflicto yemení ya ha provocado más de 8.000 muertos y 45.000 heridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Arabia Saudita, dotada de las Fuerzas Armadas mejor equipadas de Oriente Medio después de las de Israel, es uno de los principales compradores de armas del mundo y es también uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en la región, frente a Irán y contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.

Doha enfrentaba hace tiempo acusaciones de ser un Estado que apoyaba al “terrorismo”.

Muchos le reprocharon su apoyo a grupos rebeldes que luchan contra el presidente sirio Bashar al Asad y varios nacionales han sido sancionados por el Departamento del Tesoro en Estados Unidos, acusados de financiar actividades “terroristas”.

AFP

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