Colaboradores cercanos al expresidente dijeron que él está “muy furioso” luego de que Trump se refiriera a él como un “chico malo (o enfermo)”, al tiempo que lo acusaba de estar detrás de las interceptaciones ilegales, informa Independent.

Obama, que ha mantenido un perfil bastante bajo desde que dejó la presidencia, el pasado 20 de enero, pero sus asesores afirmaron que Trump “pasó los límites”, ya que cuestiona la integridad del exmandatario demócrata y de su propio mandato, añade The Washington Post.

El problema, sin embargo, va más allá, ya que Trump no ha presentado una sola prueba que demuestre la veracidad de sus graves afirmaciones. De hecho, el FBI le solicitó al Departamento de Justicia que desmienta las acusaciones del presidente, ya que no son verdad.

Este fue el trino de Trump, publicado el sábado pasado:

¡Terrible! Me acabo de dar cuenta de que Obama tiene mis ‘cables interceptados’ en la Torre Trump justo antes de la victoria. No encontró nada. ¡Esto es Macarthismo!”.

Por su puesto, Kevin Lewis, portavoz de Obama, desmintió que tales interceptaciones hayan ocurrido. Trump, sin embargo, continuó con sus ataques al expresidente, como este, publicado en su cuenta de Twitter:

122 prisioneros viciosos, liberados por la administración Obama de Guantánamo, han retornado al campo de batalla. ¡Simplemente otra terrible decisión!”.

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