El bebé fue el centro de una disputa jurídica porque sus padres consideraban que el equipo médico no había hecho lo suficiente para salvar al niño, mientras que los galenos se defendían con el argumento de que médicamente no había nada que hacer para salvarle la vida, reporta NDTV.

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El bebé de 11 meses sufría de una rara enfermedad que produce daños cerebrales degenerativos que terminan por minar los sentidos de la vista y el oído, entre otros, como fue el caso de Charlie.

Este viernes, y luego de que los papás abandonaron la batalla legal para dejar morir al bebé en paz, el equipo médico desconectó las ayudas mecánicas que mantenían a Charlie respirando.

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