Ella y Benjamin, su esposo, solo supieron de la edad del embrión cuando este ya había sido implantado en el vientre de la mujer. La cantidad de tiempo que estuvo el embrión en espera significa que fue congelado cuando la nueva madre tenía apenas un año de edad (tal vez menos).

Los médicos creen que se trata del embrión más longevo que terminó en un embarazo y posterior nacimiento exitosos. Sin embargo, ese dato no se puede confirmar totalmente.

Gibson habló con CNN sobre su experiencia y dijo que si el embrión hubiera nacido cuando se supone que iba a nacer, ella y su hija podrían haber sido “mejores amigas”.

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La decisión de implantar el embrión en el vientre de la mujer se dio porque Benjamin padece de fibrosis cística, lo que le produce infertilidad. El padre de Tina les habló sobre la adopción de embriones, a ellos les gustó la idea y finalmente la llevaron a cabo.

Los papás genéticos de Emma donaron los óvulos, que quedaron de un proceso de fertilización ‘in vitro’ y después fueron congelados criogénicamente el 14 de octubre de 1992, dice The Telegraph.

El doctor Jeffrey Keenan, director del Centro Nacional de Donación de Embriones, en Knoxville, fue el encargado de asistir el parto de Emma Wren el pasado 25 de noviembre. La pequeña pesó casi 3 kilos.

Luego de toda su experiencia, Tina dijo:

“Hace 24 años y medio, Dios sabía que Emma iba a ser parte de nuestra familia y lloro al pensar en ello, ya que ella es una bendición”.

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