Varios internautas aseguraron que su gesto se debía a que no estaba contenta con los nuevos habitantes de la Casa Blanca, o que había quedado encartada con el obsequio y que no sabía qué hacer con él.

Sin embargo, Michelle tuvo la oportunidad de aclarar la situación durante una conferencia en el American Institute of Architect en Orlando, Florida, como señala The Huffington Post.

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No quería que se me llenaran los ojos de lágrimas, porque la gente pensaría que estaba llorando por el nuevo presidente… En ese momento de transición, justo antes de que se abrieran las puertas y acogieran a la nueva familia, nuestras hijas estaban saliendo por la puerta de atrás con los ojos llenos de lágrimas, despidiéndose de la gente”.

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