Debido a la pandemia del COVID-19, que se habría originado en un mercado ‘húmedo’ de Wuhan, en la provincia de Hubei, China impuso desde finales de febrero nuevas prohibiciones para la venta y consumo de animales salvajes.

No obstante, son muchos los establecimientos que aún continúan comercializando especies silvestres en ese país, como el mercado de Xihua, ubicado en la ciudad de Ghuangzhou. De acuerdo con la agencia de noticias EFE, en este lugar se distribuyen principalmente tortugas, ranas, serpientes y escorpiones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, recomendó el pasado 17 de abril prohibir la venta de animales exóticos y salvajes para prevenir nuevas enfermedades infecciosas, ya que “el 70 % de los virus son zoonóticos”.

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“Los gobiernos deben imponer estrictas regulaciones en el comercio de las diferentes especies como alimento”, manifestó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en aquella ocasión.

El diario La República, de igual manera, recordó que el SARS (síndrome respiratorio agudo grave), brote que se propago por varios países de Asia en 2002, apareció en un mercado de Cantón, en la provincia de Guangdong.

Estos mercados hacen parte de la cultura china, pues además del valor gastronómico que la población les otorga a animales como pangolines, serpientes, escorpiones, ranas, gatos y perros, muchos de los productos que se venden en estos establecimientos están asociados con remedios caseros y sustancias para mejorar la salud.