Sus bajos salarios rondan en la mayoría de casos los 625 euros mensuales y empujan a muchos recién graduados a emigrar en busca de mejores condiciones laborales.

“Estudiamos cansados, desmotivados, mal tratados y así no somos capaces de asegurar que los pacientes reciban la atención adecuada”, explicó a Efe Maria Chraszewska, médica residente que se desespera cuando ve que su salario es similar al de un empleado de supermercado en Varsovia.

En el sistema sanitario polaco, los jóvenes médicos pasan entre cuatro a diez años como residentes para finalizar su especialidad, un periodo en el que los sueldos oscilan entre los 2.000 y 2.500 zlotys mensuales (entre 500 a 625 euros aproximadamente).

Ante esta situación, la mayoría de los facultativos recién licenciados se ven obligados a hacer más horas en los servicios de emergencia de los hospitales o a emigrar a otros países donde los salarios son más altos.

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La fuga de profesionales o el goteo al sistema privado de salud conlleva que la edad media de los doctores en el sistema público sea de 60 años, en un país donde existen 2,2 médicos por cada mil habitantes, una de las tasas más bajas de la Unión Europea (Austria roza los cinco, mientras que Italia o Lituania superan los 4 y España queda con 3,8 en 2014).

“Protesto por mi mujer y sobre todo por mi hijo, porque no quiero que me vea saltando de un empleo a otro para poder mantenerme a pesar de haber estudiado medicina”, lamenta Pawel Sekua, que junto a una veintena de compañeros ha llevado la protesta más allá y hace huelga de hambre en los sótanos de un hospital pediátrico de Varsovia.

El ministro polaco de Sanidad, Konstanty Radziwill, aseguró ayer que se aplicarán incrementos salariales para los médicos y prometió un aumento considerable del gasto sanitario, aunque adelantó que los cambios sustanciales no podrán apreciarse antes del año 2025.

Los médicos residentes no quieren esperar tanto y demandan que el gasto sanitario aumente hasta el 6,8 % del Producto Interior Bruto para 2020 y al 9 % para 2027, que se ponga fin a las esperas y a la burocracia hospitalaria y que sus salarios se incrementen hasta un mínimo bruto de 9.200 zloty mensuales (unos 2.300 euros).

“Necesitamos mejoras significativas si no queremos que los médicos jóvenes de Polonia se vean obligados a emigrar al extranjero y que los pacientes sufran un sistema sanitario ineficaz, con hospitales desfasados y filas eternas”, afirma el representante de los residentes en huelga de hambre, Daniel Luszczewski.

La protesta monopoliza ahora el debate político en Polonia, donde la oposición acusa al Gobierno, en manos del partido nacionalista-conservador Ley y Justicia, de no hacer nada para mejorar el sistema sanitario, mientras se destinan ingentes cantidades de dinero a políticas sociales como la subvención universal de 125 euros por cada hijo.

El Ejecutivo recuerda que el principal partido de la oposición, la fuerza de centro-derecha Plataforma Ciudadana, fue el que no hizo nada durante sus ocho años en el Gobierno y dejó como herencia un sistema público que requiere una profunda reforma.

En medio de este debate, los médicos residentes sienten que su causa está siendo utilizada por los políticos y amenazan que continuarán con su protesta hasta que se adopten medidas concretas y decididas para mejorar su situación laboral y la del sistema sanitario de Polonia.

EFE

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