La mujer, Marie Robinson, atribuyó el encuentro con un petirrojo que rondaba el área a una señal, probablemente de su hijo en el ‘más allá’, publica Liftable.com. El pequeño Jack murió el primero de abril de 2014, víctima de un tumor cerebral.

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Por lo general, los petirrojos son pajaritos muy tímidos y esquivos, pero este, que ya estaba parado en la losa de la tumba y revoloteaba sin cesar, se posó en el pie de la madre y, finalmente, sobre la palma de la mano cuando ella la estiró y llamó al ave.

“El pajarito no dejaba de mirarme directamente a la cara; en un par de ocasiones se paró en mi hombro y me dio un par de pequeños picotazos”, narra la mujer, de origen británico, según el mismo medio.

Luego de grabar un video del pajarito, Marie publicó las imágenes en su cuenta de Facebook, con este texto: “No puedo creer lo que acaba de suceder cuando vine a saludar a mi pequeño Jack. Eso me sacó lágrimas y lo tomo como una señal de Jack”.

Este es el video:

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