La solicitud, por supuesto, no la hizo Naruto, protagonista de la selfie que le dio la vuelta al mundo en 2011 por la calidad con la que fue captada, sino David Schwarz, abogado de la ONG PETA, que lucha por los derechos de los animales, y que asegura que los fotógrafos sí pueden ser dueños de los derechos de autor de las imágenes que captan ellos mismos, informa Time.

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El pleito aparentemente había muerto el año pasado, cuando el juez William Orrick dijo que “aunque el Congreso y el presidente pueden extender la protección de la ley a los animales tanto como a los humanos, no hay indicación de que ellos estén amparados por la Ley de Derechos de Autor”, informó BBC. Sin embargo, el pleito revivió con la nueva solicitud.

“Tenemos que mirar la palabra “autoría” en el sentido más amplio”, dijo el abogado de PETA.

Pero parece que la solicitud empezó con pie izquierdo, ya que los jueces encargados del caso le preguntaron por qué la organización tiene las facultades de representar a Naruto, ya que abogar por los derechos de los animales no es motivo suficiente. En cambio, es necesario que haya una verdadera relación de amistad para que puedan hacerlo.

Jeff Kerr, de PETA, agregó que el dinero que obtengan por los derechos de la foto, en caso de imponerse en el tribunal, la usarán para proteger los hábitats de los simios y ayudar a las personas a estudiar a esos primates.

Por su parte, Angela Dunning, abogada de Blurb, compañía que publicó un libro con la foto, captada con la cámara de David Slater, protestó:

“¿Dónde termina eso? Si un simio puede demandar por infringir los derechos de autor, ¿qué más podría hacer?”.

Por ahora, el pleito sigue.

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