Un antiguo chiste dice que esa es la forma en que el famoso conde vampiro toma su té, pero en este caso es algo muy parecido, destaca el portal Ladbible, que explica que presuntamente, algún componente de las toallas y los tampones hace que se produzca un efecto alucinógeno sobre quien lo consume.

Un representante de la agencia de narcóticos de ese país asegura que el componente dentro de estos elementos de higiene femenina es el cloro y a él se le podría atribuir el posible efecto narcótico de la infusión, exacerbado por los vapores del agua.

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El portal informa que la ley en Indonesia sobre consumo de alucinógenos es muy estricta, pero en este caso no está regulada, pues desde hace un par de años muchos adolescentes buscan burlar la ley mediante el consumo de jarabes para la tos u otras sustancias que en apariencia no contienen elementos narcóticos.