Al menos 22 personas fallecieron calcinadas en sus coches cuando se encontraron rodeadas por las llamas mientras circulaban por la carretera entre Figueiro dos Vinhos y Castanheira de Pêra. Otras tres murieron por inhalación de humo.

“Es difícil decir si huían de las llamas o se vieron sorprendidas por el fuego”, declaró Gomes en Pedrógão Grande, el municipio donde comenzó el incendio este sábado.

“Desgraciadamente, esta es sin duda la peor tragedia que hemos conocido en estos últimos años en el frente de los incendios forestales”, declaró, muy afectado, el primer ministro portugués, Antonio Costa, desde la sede de la Protección Civil, cerca de Lisboa.

PORTUGAL-FIRE
Los bomberos no han logrado frenar el avance de las llamas / AFP / PATRICIA DE MELO MOREIRA

“Es posible que haya más víctimas mortales”, precisó.

“La prioridad es controlar el incendio todavía activo, y luego se tendrá que comprender qué pasó”.

Cientos de bomberos

Cerca de 600 de bomberos y 190 vehículos seguían movilizados en la madrugada del domingo para intentar controlar el fuego.

Dos Canadairs españoles tenían que llegar a la zona el domingo por la mañana para reforzar el dispositivo.

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Según el secretario de Estado del Interior, las llamas se propagaron “con mucha violencia” y “de manera inexplicable”, que avanzaba en cuatro frentes.

El fuego alcanzó varios pueblos y ya se pusieron en marcha planes de evacuación.

Un duelo nacional será decretado próximamente, añadió Antonio Costa.

Decenas de personas que huyeron de sus casas rodeadas de las llamas fueron acogidas por los habitantes de una localidad cercana, Ansiao.

Un bombero descansa junto a su vehículo cerca al lugar del incendio / AFP / PATRICIA DE MELO MOREIRA

“Hay gente que llegó diciendo que no quería morir en su casa, envueltas por las llamas”, explicó a la prensa uno de ellos, Ricardo Tristao.

El presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa se desplazó al lugar del siniestro y presentó el pésame a las familias de las víctimas, “compartiendo su dolor, en nombre de todos los portugueses”.

El mandatario rindió también un homenaje a las labores de los bomberos y aseguró que, viendo las condiciones, “lo que se ha hecho es lo máximo que se podía hacer”.

Este sábado, Portugal vivió una intensa canícula, con temperaturas que superaron los 40 grados en varias regiones.

Un hombre observa el incendio en Ancião, Leiria, / AFP / PATRICIA DE MELO MOREIRA

Relativamente a salvo del fuego en 2014 y 2015, una ola de incendios sacudió Portugal el año pasado, que devastaron más de 100.000 hectáreas de su territorio continental.

En la isla turística de Madeira, donde el fuego causó tres muertos en agosto, 5.400 hectáreas fueron devoradas por las llamas en 2016 y unas 40 viviendas quedaron destruidas.

En 2003, varios incendios dejaron una veintena de muertos. Y en 1966, un violento incendio causó la muerte a 25 militares que habían intentado en vano controlarlo.

AFP

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